
Fernando Bendala, Arquitecto

PROBLEMAS SINGULARES


Agradezco haber podido tratar e investigar problemas poco frecuentes, problemas cuya causa no se encuentra en la explicación tradicional o formas equivocadas de construir o que no se han modificado para adaptarlas a las nuevas características de los materiales de siempre. Esto último es más frecuente de lo que parece.
Me refiero, por ejemplo, fachadas arrugadas; a galvanizados que se oxidan en lugares absolutamente secos; a pavimentos que se levantan un bien día y no hay razón aparente para que eso suceda; a deterioros de pavimentos al exterior que fueron prometidos como indestructibles; a la aparición en las juntas de los pavimentos de sales que no se pueden quitar de ninguna manera y cosas por el estilo.


Esos problemas sorprendentes o en apariencia inexplicables requieren siempre de una investigación amplia y el planteamiento de un amplio abanico de hipótesis que pueden parecer imposibles e incluso imposibles o absurdas.
Por ser poco frecuentes y desconcertantes, en mi opinión es necesario explicar la causa del daño mediante dibujos y esquemas.



A lo largo de los años he llegado a dos principios muy sencillos. El primero es que la materia siempre hace lo que es más fácil y el segundo es que la materia no miente.
Esas dos bases de partida me guían siempre a la hora de investigar los daños y anomalías.
La observación y la toma de datos son esenciales, pero también lo son artículos académicos de disciplinas que, en apariencia, no tienen que ver con la construcción.